Uncertainty: la respuesta española a la Bienal de Arquitectura de Venecia

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Antecedentes

España es uno de los 65 pabellones nacionales, de entre las 114 representaciones en la Bienal de Arquitectura de Venecia: un evento que exhibe y desarrolla propuestas de la arquitectura contemporánea.

Hasta el año pasado, la Bienal se celebraba los años pares, pero este se ha movido a un año impar debido al impacto de la pandemia en la organización y su proceso. 

El evento, desde siempre, nombra un curador general, quien se encarga de lanzar un discurso curatorial (generalmente, una pregunta o una frase temática) alrededor de la que cada país da respuesta con su muestra. 

Este año, el curador de la Bienal es Hashim Sarkis: un interesante arquitecto Libanés con formación norteamericana, que ya tenía una trayectoria dentro de la relación con Venecia, habiendo sido jurado en la edición de 2016 y participando con el pabellón norteamericano y albano en 2010 y 2014 y que, actualmente, dirige la escuela de arquitectura y planificación del MIT. 

La pregunta que lanzó Sarkis plantea una interesante cuestión.     

¿Cómo viviremos juntos?

Sarkis (comisario general) tiene una particular visión del papel de la arquitectura, puesto que con un pie en oriente y con otro en occidente, ha procurado ver el futuro de la participación de la arquitectura en la construcción urbana y social, en una visualización que llega a unas fronteras que antes no se habían abarcado y que, con esos recursos, ha calado paradójicamente con la intempestiva llegada de la crisis sanitaria.

“Necesitamos un nuevo contrato espacial, en el contexto de la ampliación de las divisiones políticas y la creciente desigualdad económica, pedimos a los arquitectos que imaginen espacios en los que podamos vivir generosamente juntos”.

Incertidumbre (uncertainty)

Para la décimo séptima edición, por primera vez, el Ministerio de Fomento junto con la Agencia Española de Cooperación al desarrollo (encargados en nombre del Gobierno Nacional) sacan a concurso la curaduría del Pabellón de España en la Biennale di Venezia.

Mostrar una delicada selección desde la arquitectura de España y que dé respuesta a ese “cómo viviremos juntos”, lanzado por el Curador, era el objetivo fundamental del concurso, que ganaron una unión de 4 arquitectos jóvenes, la mayoría de ellos canarios, con una propuesta altamente innovadora, especialmente desde lo conceptual.

La reflexión desde la que partieron fue sencilla: 

¿Cómo ha afectado la (s) crisis al quehacer de la arquitectura en la España de la última década?, a sabida cuenta de que uno de los efectos fundamentales de la crisis de 2008 fue que marcó un parón a toda una época que ligaba, de manera desorbitada, el trabajo de la arquitectura con la inversión inmobiliaria.

Su respuesta se aloja en los límites rotos por el estado de incertidumbre, y esto tiene su explicación.

Antes, durante el boom inmobiliario (por citar solo una condición, aunque probablemente la más determinante) todos los entornos involucrados en la producción objeto de la arquitectura y del urbanismo tenían sus condiciones, reglas de juego y límites muy claramente determinados. 

Con las crisis, esos límites, esas condiciones que determinaban el día a día se fracturaron, permitiendo que por entre sus rendijas se filtraran condiciones de innovación. 

Si queremos verlo de una forma más prosaica, diría que todos los actores de ese entorno productivo tuvieron que buscar la manera de sacarse las castañas del fuego y eso llevó a que los profesionales involucrados (dígase arquitectos,) buscasen formas con unos límites rotos de aplicabilidad de sus conocimientos.

El  equipo curador desarrolló una propuesta basada en la incertidumbre como una oportunidad, basados un poco en el marco conceptual de la Modernidad Líquida de Bauman, y desde allí, llamó a un concurso en el que se pudiesen reconocer esos arquitectos que, fuera de los límites de la ortodoxia de la labor, han consolidado propuestas interesantes que suman una respuesta española a la llamada de Sarkis.

Conceptualmente, y nunca fuera de ámbito, es importante recalcar que, sobre todo con la llegada de la pandemia, esta propuesta tomó una potencia sustancial alrededor ya no solo de la incertidumbre sino incluso de la poca perdurabilidad de las prácticas y la velocidad de los cambios, incluso y obviamente desde lo sanitario, consolidando lo que yo apuntaría como una modernidad más allá de lo líquido, probablemente una actualidad volátil, etérea.

El equipo curador encuentra, además, seis categorías que definen ese marco dentro del cual puede caber la utilidad de su proyección a posterior, con nuevas rupturas de límites:

Antropocéntrico ecocéntrico 

(acciones medioambientales con elementos productivos autónomos)

Interior exterior

(otras formas de espacio público)

Innovador tradicional

(medios novedosos para interactuar en nuevos espacios

Individual colectivo

(interacciones creadas por la comunidad para el aprovechamiento múltiple)

Lúdico productivo

(actividades con valor añadido de índole mayor)

Virtual físico

(capas distintas de percepción de los espacios)

uncertainty proyectos por categorías.

Uncertainty proyectos por categorías. Fuente: https://uncertainty.es/

El pabellón, así, hibrida las competencias de la arquitectura para, sobre esas categorías, mostrar un catálogo de proyectos que definan unas nuevas líneas del desarrollo de la actividad, producto de la formación y la investigación en arquitectura. 

De 450 propuestas de una convocatoria abierta, 34 equipos de un impacto social, de naturaleza multiprofesional, generando una ecología de proyectos compleja y cambiante, albergada en un pabellón de naturaleza variable donde el visitante contribuye en un proceso participativo que pretende consolidar nuevas preguntas a las de Sarkis

Esto se muestra a través de dos elementos. El primero, que se constituye en una suerte instalación de hojas de papel flotante, pretende transmitir la incertidumbre que provoca la realidad contemporánea: cambiante e inestable 

Construido con cientos de portafolios de arquitectos (lo que le otorga un valor simbólico muy preciso, una interminable estrategia de responder al “cómo viviremos juntos”) con procesos y acciones de arquitectos de toda España. 

Por otro lado, está el paseo perimetral dividido en espacios expositivos, donde se materializan diversas acciones que, por azar, convierten cada visita al pabellón en única e indeterminada. 

Exibición Uncertainty

ImagenSubliminal (Miguel de Guzman + Rocio Romero)

¿Cómo viviremos juntos?

“Aprendiendo a entender la incertidumbre como una oportunidad para que los procesos y los modelos evolucionen a favor de la convivencia”.

Sofía Piñero, equipo Uncertainty