Los retos de la rehabilitación integral de viviendas

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El momento actual que vivimos como consecuencia de la crisis causada por la pandemia de la COVID-19, el desafío del cambio climático o el envejecimiento de la población, así como la manera en la que utilizamos los espacios y su flexibilidad, han demostrado en mayor medida la importancia de unas condiciones saludables de la vivienda. Pero la realidad es que el parque edificado en España está lejos de ofrecer las prestaciones que ahora precisamos y, sobre todo, de las que vamos a necesitar en los próximos años. 

El 80% del parque edificado en España tiene más de 20 años. Esto lo convierte en el más longevo de Europa, con aproximadamente 10 millones de viviendas susceptibles de ser rehabilitadas. Si atendemos a los datos oficiales, cada año se rehabilitan unas 30.000 viviendas; cuando países como Francia, Alemania, Italia, Bélgica o Portugal llevan años rehabilitando sus respectivos parques edificados a un ritmo del 1,5%-2% anual. Esto significa que la tasa de gran rehabilitación se sitúa entre 8 y 10 veces por debajo de las medias de los países europeos con los que podemos compararnos. 


Las viviendas y edificios no renovados van a acusar una depreciación progresiva causada por la merma de su valor de uso y por la previsión del coste de renovación para reponerlo y cumplir con las nuevas exigencias.

Lluís Comerón, presidente del Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España

Somos conscientes de que el ritmo de rehabilitación y renovación de edificios no está alineado con la celeridad de los cambios que se están sucediendo y de que, además, este se mantiene muy por debajo de la media europea. Este entorno construido es fundamental para impulsar nuestra calidad de vida; por lo que, si pierde la adecuación a nuestras necesidades reales, puede convertirse en un obstáculo para nuestro progreso y bienestar.

Es ahora cuando se dan las condiciones óptimas para acometer la transformación y mejora nuestros hogares para que ganen en comodidad, seguridad, eficiencia y salud a largo plazo. Los fondos Next Generation ofrecen la posibilidad de hacerlo, además, de una forma asequible. Asimismo, son una oportunidad y un reto para el que muchos profesionales y empresas y, en particular, los arquitectos y sus Colegios nos hemos preparado desde hace tiempo para que sea un éxito.

Estamos ante una oportunidad única para modernizar el sector y poner de manifiesto el valor que aporta la arquitectura, pero también nos sitúa ante un gran reto por delante. Es necesario implementar, de forma muy rápida y generalizada, procesos de gestión de las ayudas y proyectos con el elevado nivel técnico y el rigor que requiere la Comisión Europea.

El volumen de recursos que se va a movilizar para transformar nuestro parque viviendas es histórico y, seguramente, irrepetible. Por eso, para optimizar las intervenciones previstas, evitar un derroche de recursos que no nos podemos permitir y establecer unos procedimientos rehabilitación de nuestro parque residencial eficaces y sostenidos a buen ritmo de aquí a 2050, es precisa una visión integral. Esto solo puede hacerse contando con los profesionales de referencia que mejor conocen las necesidades y el potencial de mejora cada vivienda y edificio, estableciendo programas de actuación eficientes y asequibles para cada familia.

La renovación de nuestras viviendas en materia de eficiencia conllevará ahorros económicos y de consumos energéticos. Pero el objetivo de las viviendas no es consumir menos sin más. Desde que abandonamos la vida nómada y cambiamos las cuevas para construirnos cabañas y formar los primeros asentamientos, la razón de ser de las viviendas es ayudarnos a vivir. Por lo tanto, sería un despropósito, reconocido en la Estrategia de Rehabilitación Energética de Edificios a largo plazo (ERESEE), emprender la transformación de edificios y viviendas que van a posibilitar los fondos europeos Next Generation sin tener en cuenta otras grandes carencias de nuestro parque construido.  

Además, las viviendas y edificios no renovados van a acusar una depreciación progresiva en causada por la merma de su valor de uso y por la previsión del coste de renovación para reponerlo y cumplir con las nuevas exigencias, especialmente las medioambientales que ya se anuncian para la nueva Directiva Europea EPDB, de Eficiencia Energética en Edificios.  

La rehabilitación para hacer nuestros hogares eficientes es urgente. Pero también es necesario adaptar nuestras viviendas a los actuales modos de vida, trabajo y ocio, con espacios más funcionales que nos aporten bienestar y salud, que garanticen su accesibilidad universal, y para dar respuesta a uno de los mayores problemas de nuestra sociedad, hacer efectivo el derecho a una vivienda digna y adecuada. Y es que este, junto con la sostenibilidad medioambiental, económica y social son dos retos globales que se configuran claramente como nuestra misión como Arquitectos. 

Por ello, es el momento. Debemos rehabilitar ahora para un bienestar duradero, conscientes de que nuestras viviendas tienen un ciclo de vida largo, que debemos poder disfrutar de ellas en momentos muy distintos de nuestras vidas y que, también por ello, deben poder dar respuesta a las necesidades de varias generaciones.

Lluís Comerón Graupera

Arquitecto por la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona (ETSAB), fue profesor de la Universidad Politécnica de Catalunya y decano del Colegio de Arquitectos de Cataluña hasta el inicio de su actual presidencia en el Consejo Superior de Colegios de Arquitectos de España (CSCAE). 

Entre los proyectos destacados bajo su presidencia, está la creación del Observatorio 2030 del CSCAE para impulsar los objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS) en nuestro país.