Recuerdo que en una de las clases del primer curso de arquitectura nos hablaron de los padres de la arquitectura, y pensé —sin ánimos de excluir la posibilidad de tener dos padres—, que si ella tenía padres también tendría madres, porque alguien tuvo que parir esta criatura, ¿no? Acostumbrados a estudiar la producción desde la visión masculina, toca visibilizar el trabajo de las mujeres en la producción arquitectónica. Una labor justa, considerando que las mujeres arquitectas también han hecho historia con los mismos méritos que tienen los hombres, con la diferencia que ellas se han tenido que hacer paso en una sociedad patriarcal.
Por eso escribo este post, para recordar a Cini Boeri, una de las madres de la arquitectura que dejó este mundo el pasado 9 de septiembre. Murió en su casa de Milano, tenía 96 años y nunca dejó de trabajar, de hecho los últimos años de vida los dedicó a desarrollar un proyecto sin encargo con la idea de transformar el modelo autoritario de enseñanza desde la configuración de las aulas. Siempre activa, se pasaba las horas dibujando y proyectando. Feminista, partisana, intelectual, madre del arquitecto Stefano Boeri, fue también una de las madres de la arquitectura y referente del diseño en Italia, una de las primeras mujeres que se hizo un lugar reputado en el mundo de la arquitectura de los años cincuenta.
Cini Boeri. Ella, Arquitecta Proyectista
Maria Cristina Mariani Dameno, conocida como Cini Boeri, nace en Milano el 19 de junio de 1924, hija de una maestra y última de tres hermanos, su padre biológico era abogado, el padrastro administrador. Cini crece en los años de la guerra, por lo que participó como activista en la Resistencia partisana, contexto en el que conoce al marido, de la unión nacen tres hijos. Veinte años después consigue divorciarse, pero mantiene el apellido de casada. Un resumen de lo que podía esperar una mujer en una sociedad patriarcal, considerando que a mediados del siglo pasado la exclusión de género era la norma a nivel global. A pesar de que el mundo profesional, laboral y cultural era predominantemente masculino, su historia fue una demostración de coraje y empoderamiento.
Cini Boeri estudia arquitectura en el Politécnico de Milano, se gradúa en el año 1951 en un contexto social y cultural difícil para la mujer —que no es muy distinto del escenario actual— pero mucho más cerrado, retrógrado y lleno de prejuicios. Recordemos que entonces el acceso a la formación profesional y universitaria era limitado y la independencia era un lujo que pocas mujeres podían “permitirse” si conseguían mediar lo familiar con lo profesional. Ella lo consigue a través de su trabajo; de su obra podemos esbozar coraje, sus dibujos expresan naturalidad y pasión, habilidad que le hizo pensar en la pintura como profesión. No declinó, tomó el camino de la arquitectura y el diseño industrial, ámbitos en los que mostró una forma de proyectar y construir desde lo femenino. Quizás ese camino fue también un paso para cambiar las reglas del juego y al mismo tiempo demostrar que la arquitectura es un medio para servir a las personas, tal y como ella afirma: «La arquitectura no es arte, es compromiso social»[1]. Después de terminar la carrera comienza a trabajar en el estudio de Gio Ponti, quien también fue su profesor en la escuela de arquitectura. Luego de unos años se traslada al estudio de Marco Zanuso, un período que dura doce años y que para ella supone una fructífera etapa de aprendizaje en la que se especializa en el campo del diseño industrial en paralelo a la arquitectura. Llega 1963, el año que decide independizarse y abrir su propio estudio para embarcarse en diversos encargos donde proyecta y construye mobiliario y viviendas unifamiliares.
En el tiempo, Cini se hace una trayectoria de renombre con la ejecución de varios proyectos residenciales, comerciales, de interiorismo, así como de piezas de mobiliario emblemáticas. En sus obras arquitectónicas consigue la funcionalidad del espacio y la relación psicológica entre el interior-hombre y el exterior-ambiente, al tiempo que la distribución de las áreas de la vivienda responde a «las dimensiones humanas de los espacios, entendidas como dimensiones psicológicas»; afirma que lo privado y lo público son responsabilidad de quien la habita, por lo que proyecta espacios que se fusionan «para favorecer el disfrute de una mayor autonomía en el uso de las áreas». Entre los proyectos de arquitectura más representativos destacan: la Cantina vinícola (Grosseto, 2012), el Museo Ipogeo de Monza (2007), la casa La Sbandata (Sassari, 2004), la Torre Aragonese (Oristano, 1981), la Casa en el Bosque, (Varese, 1969) y la Casa Rotonda (Sassari, 1967) y la exposición Proyecto Doméstico de la Triennale Di Milano (1986). Y como os adelanté al inicio, uno de sus últimos proyectos sin encargo que desarrolló hasta sus últimos días fue «Una escuela, ni castigo ni premio», con la intención de cambiar el modelo de enseñanza a través de la forma del espacio, donde las aulas son circulares para «evitar las posiciones autoritarias» y los bancos se mueven «para responsabilizar a los niños» en el espacio y en las formas de agrupación.
En el campo del diseño industrial su trabajo era una provocación, «proyectar para hacer la costumbre más divertida». Con esta premisa cambió los estándares clásicos sobre cómo debe ser un sofá o una silla y lo dejó en evidencia con una variedad de objetos utilitarios, entre los cuales el «Serpentone», un prototipo de sofá diseñado para Artflex realizado en espuma de poliuretano que se proponía vender al metro y que podía alargarse y modelarse a gusto. Destacan también la anecdótica silla de vidrio curvado «Ghost», la serie modular de sofá, cama y poltrona «Strips» y las sillas «Pecorelle».
Cini Boeri es reconocida en Italia como una de la pioneras del diseño industrial, una de las primera mujeres arquitectas (junto a Gae Aulenti) de fama internacional. Además de su trabajo como proyectista y diseñadora ejerció diversos roles en el ámbito cultural y educativo: fue profesora de las cátedras de Proyecto arquitectónico, Diseño industrial y Mobiliario en el Politécnico de Milano, participó como jurado en diversos concursos, fue miembro del Consejo de Administración de la XVI Triennale di Milano, y además fue nominada a varios premios nacionales e internacionales. Una mujer que nunca se detuvo, que proyectaba y creaba con la idea de cambiar el futuro, que afirmaba que «el gusto es cuestión de cultura» y predicaba que «proyectar es una alegría al tiempo que un compromiso».
«Mi vida profesional ha sido difícil… ‘Señora’, ‘Bonita la Sra. Boeri’, ‘Se cena muy bien en casa de la Sra. Boeri’, decían… Recuerdo una conferencia con Vittorio Gregotti en la que teníamos que hablar los dos, habla él y luego dice: ‘paso la palabra a la señora Boeri’, pero éramos dos arquitectos que hablábamos…La discriminación existe todavía por debajo de todo». (Boeri, 2015)
Sabrina Gaudino Di Meo | Arquitecta | @gaudi_no
Notas:
- Cigarini, T. y Saavedra, M. «Intervista a Cini Boeri». Visto en: https://www.youtube.com/watch?v=ZY4m50Eg06E