Casa Cabanyal en proceso de rehabilitación. Fotografía: Fernando Mafé
Una casa pensada para que sus puertas se abran a las personas, a la calle, al barrio. Una casa con habitaciones, salón, patio, cine y cocina; un lugar que recibe a locales y foráneos con sus ideas, proyectos, necesidades e inquietudes. El proyecto Casa Cabanyal nace de la iniciativa de dos emprendedores que entienden la vivienda como un espacio multifuncional que, apoyado en la realidad del contexto local, se carga de una doble intención: recuperar una casa en ruinas y darle una función útil para la comunidad.
El proyecto
La idea del proyecto surge de una mezcla de historias que se reconocen en la memoria del patrimonio cultural y en la necesidad de crear sinergias a través de un espacio que quiere ser morada, lugar de trabajo y de encuentro. Ésta es la visión de Paolo y Alessandro, los impulsores de Casa Cabanyal, ambos vienen de Italia con la idea de crear una actividad propia con un sentido trascendental. Paolo, después de trabajar mucho tiempo como productor audiovisual en cadenas de televisión, se traslada a Valencia y encuentra en el Cabanyal un barrio con gran potencial arquitectónico, cultural y social en el que invertir, pero no puede hacerlo solo. Mientras tanto, Alessandro ejercía en Italia su profesión de abogado, pero sentía que ésta no le dejaba más que poco tiempo para conectar con otras posibilidades. El deseo de cambiar su realidad profesional y de crear una actividad propia le lleva a encontrarse con Paolo en el Cabanyal, en el número 191 de la calle Escalante, delante de una casa a la espera de una segunda oportunidad. Para desarrollar la idea había que llevarla al papel, además la casa requería de una importante obra de reforma. En la búsqueda de un profesional conocen a David Estal, arquitecto valenciano comprometido con la parte social de la profesión que ha impulsado iniciativas de reivindicación del espacio público como «Desayuno con Viandantes» o «Use is more, el uso construye ciudad», y que actualmente desarrolla varios proyectos de reforma y recuperación del patrimonio arquitectónico en el Cabanyal.
Paolo y Alessandro quieren construir un espacio multifuncional abierto a la comunidad, que al mismo tiempo será su vivienda y les generará un sustento; es la casa como forma de vida y un enclave para generar oportunidades y sinergias. Ambos conocen muy bien el Cabanyal, sus calles, sus vecinos, el tejido social; los viandantes pasan delante de la casa en obras y saludan a Paolo como si le conocieran de toda la vida. Paolo cuenta que el barrio le atrajo de inmediato, primero por la cantidad de casas en ruinas y el gran potencial arquitectónico que poseen para recuperar la identidad y memoria del lugar; y segundo por la diversidad cultural. En el proceso de reconocimiento del contexto detectaron problemas, pero también las necesidades del barrio y de los vecinos, de aquí que uno de los intereses del proyecto esté focalizado en suavizar el problema de la segregación social y cultural: «En el barrio hay dos escuelas, una pública y una privada, los niños que van a estas escuelas no se relacionan fuera de la institución, por tanto no hay integración. Una de las cosas que nos hemos propuesto con el proyecto es integrar a estos niños de distintos grupos culturales y estratos sociales en las actividades que vamos a desarrollar en Casa Cabanyal. Creemos que el barrio necesita espacios de encuentro, sobre todo para los niños».
Indice de contenidos
Antecedentes
Casa Cabanyal toma su nombre del barrio en el que se ubica, una zona abandonada y degradada cerca del puerto de Valencia. Este barrio histórico recoge la memoria de un pasado relacionado con el mar, otrora conocido como el barrio de los pescadores y la zona de veraneo de los valencianos. Su trama urbana en forma de parrilla es el resultado de una reforma urbana que se hizo después de que un incendio destruyera un importante enclave residencial de barracas (la arquitectura típica de la vivienda unifamiliar en la zona hortelana local), a finales del siglo XVIII. El Cabanyal es uno de los barrios que compone el frente marítimo de la ciudad en una legendaria tensión con el puerto de Valencia. El peso de la historia es fuerte, sus casas reflejan una riqueza arquitectónica digna y también la resistencia de sus habitantes frente al abandono y la destrucción. Casa Cabanyal se sitúa justo en la llamada zona cero del barrio, un sector que se pretendía derribar para llevar a cabo la prolongación de la avenida Blasco Ibañez hasta el paseo marítimo; todo esto con la premisa de «llevar la ciudad al mar». Este antiguo Plan Especial de Protección y Reforma Interior del Cabanyal-Canyamelar (PEPRI) aprobado en el año 2001, contemplaba derribar 1.651 viviendas y cerca de 600 edificios —entre ellos edificaciones con calificación de Bien de Interés Cultural (BIC)—, para dar continuidad a una avenida que colmataría en una modesta rotonda frente al mar. Este proyecto causó impacto a nivel social, considerando que muchas personas quedarían sin vivienda. Sin embargo, la acción de la ciudadanía organizada en la Plataforma Salvem el Cabanyal, después de años de presión y acciones judiciales, consigue paralizar el proyecto. En 2016 la nueva administración busca financiación europea para rehabilitar el Cabanyal.
Desde entonces y de forma paulatina la administración pública ha ejecutado una serie de acciones de reforma y mejora de las calles y del espacio público, así como un plan de rehabilitación del parque inmobiliario con apoyo del fondo europeo. En paralelo, se ha producido un repunte en el sector inmobiliario, por lo que la zona ha sido foco de inversiones del sector privado con particulares que han visto una oportunidad para vivir en el Cabanyal, y por otro lado para explotación turística. En este contexto encontramos una rica diversidad de colectivos generacionales y culturales; hijos y nietos herederos que quieren rehabilitar la casa que les dejaron los abuelos, extranjeros enamorados de la calidez local, particulares interesados en invertir y los habitantes de toda la vida que definen la riqueza cultural del barrio. Sin embargo, al hilo de lo que supone en la actualidad un boom inmobiliario en una zona sensible como el Cabanyal y en medio de la vorágine turística de los pisos de alquiler temporal, es probable que en unos años hablemos de gentrificación en el barrio. Esta es una de las preocupaciones que tienen los impulsores de Casa Cabanyal cuando piensan en la parte productiva del proyecto; como veremos a continuación se busca contrarrestar este fenómeno con la idea de la vivienda como espacio social autosostenible en términos económicos.
El espacio
La casa es una edificación de tres plantas construida en el año 1924, actualmente en proceso de rehabilitación. El concepto que estructura los espacios parte de la intención de ofrecer a los vecinos un lugar de intercambio sociocultural a través de diversas actividades didácticas y de ocio en el nivel acceso. La primera planta es el espacio social y productivo, aquí estará el área de restauración donde funcionará un bar que expenderá alimentos de producción local, y también la zona de actividades que aprovecha el nivel de la calle para conectar el barrio con talleres, conciertos, cine a la fresca con entrada libre y cocina activa. Algunas actividades ya están previstas dentro del programa para definir la función de los espacios, como los talleres de ganchillo, reparación de bicicletas, fotografía, los monólogos, conciertos y el cine. La premisa de Paolo y Alessandro es que vecinos y foráneos con ideas y proyectos puedan desarrollarlos en Casa Cabanyal. Además, quieren reforzar vínculos con los vecinos para sumar acciones con otras asociaciones y apoyar proyectos preexistentes.
En relación a las actividades de barrio, Casa Cabanyal será una casa de puertas abiertas por lo que también quiere que la calle sea una extensión del interior, es decir, activar la calle con actividades para hacerla más amable e integrar a los vecinos. Uno de los proyectos que tienen en mente desarrollar es la propuesta Social Street, nacida en la red de la experiencia en Facebook: «Residenti in Via Fondazza – Bologna» en 2013, y que ha tenido éxito tanto en Boloña como en Milano; pero tal y como comenta Paolo, es necesario redefinir la visión de la administración local en relación al marco legal y de las normativas para que sean más abiertas y faciliten a los colectivos ciudadanos, que no tienen la ambición de una asociación, desarrollar o activar procesos participativos y de integración a pequeña escala.
Como ya se ha mencionado la casa es la morada de los impulsores, en la tercera planta, y la segunda planta se destinará para residencia de alquiler con cuatro habitaciones para dar alojamiento de larga estancia a personas que quieran emprender algún proyecto, al tiempo que estos podrán apoyarse también en los espacios sociales de la casa para desarrollarlos. La idea del alquiler fijo o de larga estancia es una propuesta en oposición a las plataformas de alquiler turístico; Paolo y Alessandro creen en un sistema de alquiler turístico controlado y relacionado con el intercambio cultural como alternativa a la banalización turística para preservar la identidad del barrio: «No tenemos nada contra el turismo en sí mismo, pero creemos que es importante que venga gente que no quiera únicamente sol y playa, sino que sea consciente del encanto del barrio y de su peculiaridad. Casa Cabanyal quiere respetar estos valores y crear un lugar que se convierta en un punto de referencia para la gente del barrio y para toda la ciudad, pero Casa Cabanyal es también el cumplimento de un sueño».
El barrio, la casa y la iniciativa ciudadana: invertir en el sector inmobiliario es hacer ciudad
La inversión desde el sector privado viene, generalmente, de entes financieros con gran capacidad económica, muchas veces ajenos y desconocedores de la realidad social de un lugar; estos imponen dinámicas de productividad en cifras que contravienen las necesidades de las personas. Sin embargo, una buena parte de las inversiones provienen de los ciudadanos de a pie, somos la masa productiva con un gran impacto la economía. Por tanto, cuando hay un proyecto de vivienda, cuando adquirimos una casa o la reformamos, nos convertimos en inversores y potencialmente inversores urbanos. Es justo pensar en el aporte personal a la ciudad y al barrio dado el impacto y el esfuerzo económico que supone comprar una vivienda.
El proyecto Casa Cabanyal es una iniciativa ciudadana con visión de emprendimiento socioeconómico, una forma de hacer barrio desde la inversión privada. Es el replanteo del concepto de vivienda al margen del uso privado exclusivo: la casa se convierte en un organismo productivo, sinérgico y autosostenible; es el sustento de sus propietarios, al tiempo que conector social para los vecinos del barrio. Si la visión de base es hacer ciudad y tejer barrio, invertir en el sector inmobiliario también es una iniciativa ciudadana.
Sabrina Gaudino Di Meo | Arquitecta | @gaudi_no